Hay varias maneras de despertar. Si eres joven, tienes fresco el recuerdo de haber sido despertado por tus padres para ir a la escuela durante la primaria o secundaria; y si eres madre o padre con hijos en edad escolar, tienes práctica en despertarlos y bien sabrás cómo reaccionan. Cada uno tiene una forma de despertar y una forma de reaccionar al ser despertado. Algunos saltarán de la cama, otros se estiran por diez minutos, a veces te tapas hasta la cabeza y pretendes volver a dormir, algunas otras veces te quejas. Claramente la motivación tiene mucho que ver y es un factor muy importante. No es lo mismo despertar a las 6 a.m. un verano para ir de paseo a tu parque de diversiones favorito, que despertar en una fría mañana de invierno a la misma hora para ir a rendir un examen. La emoción de saber que pasaremos el día relajados, jugando con familia y amigos, viajando, disfrutando de una nueva experiencia fuera de la rutina hace que nuestra mente se ponga más atenta y nuestro humor al despertar por la mañana sea mucho más positivo.
Existe, también, un raro paso en el que nos sentimos lucidamente despiertos cuando, de hecho, estamos dormidos. Algunos sueños se sienten tan reales como aquel en el que crees que estás cayendo en un abismo y de repente saltas en la cama. O vice versa, a veces te sientes tan dormido incluso tiempo después de haber salido de la cama y ya en camino hacia tu clase. Hay muchas maneras de despertar y hay muchas maneras de ser despertado también. Despertarse no necesariamente significa estar consciente, e incluso cuando, hay varios niveles de conciencia. Mirarnos introspectivamente nos ayuda a conocernos, a saber si un capuccino, una ducha, un poco de música o un poco de ejercicios nos ayudarán a estar más atentos cuando llegue la hora de hacer eso por lo que nos hemos levantado de la cama, y también, para que lo hagamos de la mejor manera posible.
- Duerme bien. Antes de intentar poder despertar, debes entender la importancia del paso cero. Descansar lo suficiente—entre 7 y 8 dependiendo de lo que tu cuerpo te pida en base a tu rutina—y con una buena calidad es la clave principal para atacar (o no) los siguientes pasos que voy a explicar. También es importante para tu descanso que vayas a la cama relajado y tranquilo, sin luz ni ruidos que impidan que puedas alcanzar un sueño profundo.
- Sal de la cama sin pensarlo. Tus sábanas te abrazan, tu almohada te acaricia, sal de la cama sin despedirte de ellas. Es el paso más difícil, lo sé, pero es el paso clave.
- Activa tu cerebro. Aunque no parezca, es posible despertar a tu cerebro inmediatamente después de despertar a tu cuerpo. Prende la radio para escucharla mientras te cepillas los dientes, lee tu agenda para recordar las cosas que debes hacer durante el día, haz una pequeña rutina de ejercicio o baile. Crea tu ritual matutino y llévalo a cabo en la claridad de la luz del sol.
- Desarrolla actitud. No es bueno que te levantes quejándote de por qué debes ir a la escuela, golpeando cosas con cara de ogro. Si ese sentimiento de enojo te nace, es bueno que te tomes cinco minutos para meditar y luego comiences tu día. Comenzar el día con una actitud negativa te mal predispone hacia el resto del día y podría perjudicar tus actividades, relaciones y logros.
- Acomoda tu reloj biológico. Haz que levantarte temprano sea algo extraño para ti. Mientras menos lo practicas, más dificil será. En el caso especial de que un día en particular debes despertarte a una hora más temprano de lo normal, deja la alarma fuera del alcance; esto te obligará a salir de la cama para ir a apagarla.
Estos consejos seguramente podrán ayudarte a acomodar tu descanso y tener un mejor día, pero si tus inconvenientes para dormir persisten, si notas que te despiertas a las 3 a.m. sin poder volver a pegar un ojo, si rutinariamente te vas a dormir y luego de dos horas sigues sin conciliar el sueño, deberías contactar a tu médico. Algunas de nuestras preocupaciones, estrés o ansiedad afectan nuestras actividades diarias por lo que si se vuelven severas, es recomendable pedir ayuda.
Nuestra rutina durante el día tiene mucho que ver con cómo dormimos a la noche. Es recomendable que entrenes tu cuerpo, pero no mucho, lleves una dieta saludable, tengas recreos durante el día que te permitan no llegar tan estresado a la hora de la cena y luego de ella, prepares el terreno para el descanso.
Lo que más podemos esperar en cada situación de nuestras vidas es que nuestras sensibilidades, nuestros valores fundamentales, nuestras experiencias nos ayudan a navegar dichas situaciones con el máximo beneficio para nosotros y para servir a otros.
Uno de los mayores desafíos como alumnos, educadores, compañeros, seres humanos, es entender que el camino que transitamos día a día es diverso y debe ser inclusivo; y que hay mucho más de nosotros mismos que debemos conocer, aceptar, cambiar para poder el camino del despertar hacia un mejor nosotros.
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