Educando valores: Los beneficios de la amabilidad


Educando valores: Los beneficios de la amabilidad

Natnan Srisuwan / Shutterstock.com

Muchos valores de la vida que nos han enseñado en el jardín de infantes y escuela primaria pueden irse desgastando si no se fomentan en los años subsiguientes de la educación secundaria e incluso y sobre todo importante, en casa. De hecho, muchos de estos valores liderados por la amabilidad son altamente necesarios a la hora de convivir día a día en la universidad, y a decir verdad en cualquier ámbito de la vida. Pero, ¿qué puedes hacer para sacar lo mejor de tí a la hora de socializar?, ¿cuáles son las buenas acciones que puedes hacer como profesor, alumno, padre, compañero o amigo?.

La amabilidad es uno de los valores más potentes que debes tener independientemente de la situación en la que te encuentres y transmitirlo a los demás también es muy importante. Los beneficios de ser amable son muchos, solamente cuesta un pequeño esfuerzo de voluntad. Adicionar a tu potencial académico una estimación de amabilidad y respeto no solamente te ayudará a surfear los años en las aulas universitarias, sino también, la vida adulta en la oficina y generar mejores relaciones extracurriculares las cuales pueden darte grandes satisfacciones. Sigue leyendo los siguientes consejos que tienen el objetivo de que podamos hacer autocrítica y quizás puedan ayudarnos a incorporar nuevas habilidades que promuevan la cordialidad.

  • Haz de tu amabilidad un hábito. Entrénate. Avivar el buen accionar es un trabajo del día a día; a cada instante tienes una nueva oportunidad de dar lo mejor de ti. Genera en tí, y por tí mismo, que las buenas acciones sean un hábito en tu vida diaria: aliméntate saludablemente, haz ejercicios, deja el alcohol y el tabaco, lee, busca la tranquilidad; comenzar cuidándose y siendo amable con uno mismo es la base para ser amable con los demás. La amabilidad no se trata de presumir cuán dulce eres, sólo hazlo tranquilo y sin ostentación: cede el asiento del transporte público a un abuelo o a una mamá, sonríe más seguido, ponte en el lugar del otro, haz simples comentarios positivos sin exageraciones, recomienda tu libro favorito, expresa tu gratitud y practica constantemente la buena conducta dentro y fuera del aula, eso te hará aún mejor persona de lo que eres y hará lucir mucho más tu potencial. A veces no nos sentimos del todo cómodos en algunas situaciones de la vida y es difícil poder demostrar amabilidad con otros, pero una vez que comienzas a liberar tu empatía, las cosas terminan resultando mucho mejor y es mucho más fácil crear el hábito. Debes comenzar exactamente ahora.
  • Cuida el habla y mejora tu oratoria. Ser amable es también poder ser claro en lo que quieres o necesitas. Expresarte de la mejor manera posible te ayudará a cumplir tus objetivos y conseguir lo que estabas buscando aunque muchas veces no se trate precisamente de eso. Si es que necesitas ayuda, trata de explicar de manera concisa y sencilla lo que tu necesidad requiera; hacerte entender es fundamental para que la persona con la que te estás relacionando perciba tu amabilidad y finalmente te ayude. Tu profesor no tendrá problemas en volver a explicarte cierto tema o responder tus preguntas siempre y cuando te comuniques con respeto y cordialidad, y demuestres también tu interés por su tiempo. Que las palabras por favor y gracias sean moneda corriente en tu vocabulario te ayudará a que las personas también generen empatía contigo. Agradece y devuelve con amabilidad, la cordialidad de otros.
  • Genera confianza. Fruncir constantemente el ceño y tener una mirada permanentemente seria genera mala espina. Generar confianza también es tener un buen aspecto y, a pesar de tu comunicación verbal y lenguaje corporal, la sensación que refleja tu rostro dicen mucho de ti. Adicionalmente te ayudará el ser puntual, ayudar cuando alguien te necesita, consolar al que no se siente bien y poner tu granito de arena en un proyecto grupal; ser amable muchas veces no significa hablar con palabras de amor, sino también que demuestres que estás ahí. Ser honesto y generar confianza son gran reflejo de la amabilidad que estás sembrando y pronto cosecharás buenas vibras. Cumple siempre con tu palabra.
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  • Apoya a tus compañeros y ayuda al que lo necesita. Comparte tus útiles con quien no tiene, con quien los necesita; uno nunca sabe si en las vueltas de la vida serás tú quien necesite una mano. No solo en lo material, ya que muchas personas necesitan de tí tu tiempo más que tus posesiones materiales, sino también al compartir tu conocimiento demuestras que estás dispuesto a dar y aprovechas la oportunidad de demostrar tu bondad. Alentar a tus compañeros a ser mejores alumnos dejando de lado la competencia es una buena herramienta de práctica a la hora de estar del otro lado del río.
  • Escucha y observa más. Muchas veces escuchamos para brindar una respuesta rápida, pero la calidad de la comunicación radica en que debemos escuchar para, primordialmente, entender. Escucha sin distracciones; una vez que logres entender el mensaje y sientas que puedes accionar con tu mejor predisposición, ¡a por ello! Conoce la diferencia entre oir y escuchar, y practícala. Observar y percibir cómo se sienten los demás es muy importante a la hora de socializar y sobre todo, detectar la importancia del asunto. Recuerda, la atención es amabilidad.
  • Aprende a decir no. Ayudar siempre que puedas es bueno para tí como también para el que recibe tu ayuda, pero no siempre es posible. Aprende a explicar claramente los motivos por los que no puedes ayudar a quien te lo está requiriendo ya que tienes otros compromisos con los que cumplir, así y todo esos compromisos sean contigo mismo. Recuerda, para poder dar hay que tener, y quizás no es ése el momento adecuado e indicado en el que tienes las energías, la paz y la predisposición. No te sientas mal por decir que no, sólo recupérate, llénate de amabilidad tú primero y pronto estarás de vuelta al ruedo para pasar tus buenas vibras a los demás.

Mucho radica en nuestras decisiones diarias, mucho dice de nosotros la manera en que tratamos a los demás y cuánto respetamos las normas de comportamiento social. No hay necesidad de ser desatento o irrespetuoso y nunca dejes de ser buena persona por las malas personas. Nunca te arrepentirás de haber sido amable en tu trato y tu accionar, eso marcará el valor que tienes como persona y cada uno sabrá valorar a su manera tu generosidad. La amabilidad es algo que sí importa. Cada persona que te encuentras está peleando una batalla que tú desconoces. Algunos la ocultan más que otros sus esfuerzos y cuando eres testigo de las luchas e inseguridades de las cuales no tenías idea que la persona estaba transitando, puede ser estremecedor por lo que debes ser amable, siempre. ¡Muchas gracias por leer!


About Mauro Schimf

Desde temprana edad, Mauro estuvo fascinado con los idiomas y al principio aprendió jugando, sin tomarlos en serio, pero luego se dió cuenta de que son una herramienta indispensable para la comunicación y que mantienen el cerebro activo. Profesor de inglés en Argentina, sabe lo que los alumnos buscan y los ayuda a encontrar la manera más fácil y entretenida de aprender. Desarrolló el estilo que no solamente ayuda a entender gramática, sino también a usarla. Hace siete años que estudia chino en su tiempo libre. Disfruta de involucrarse en todo lo que desarrolle un mundo mejor.

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